Fuente: pmfarma.com
Sin embargo, en un estudio con 30 pacientes probaron a incrementar cinco veces la dosis de famotidina, hasta los 200 miligramos al día, y vieron como así sí que se conseguía acceder al cerebro superando la barrera hematoencefálica.
Después de una semana, los síntomas de los pacientes empezaron a disminuir y, después de cuatro semanas de tratamiento, los síntomas habían disminuido significativamente.
El profesor Jesper Ekelund, uno de los autores de la investigación, ha recordado no obstante que la famotidina no debe ser utilizada directamente como tratamiento para la esquizofrenia hasta que se demuestre que el aumento de dosis es segura a largo plazo.
No obstante, reconoce que el estudio demuestra como "se abre un nuevo enfoque para el tratamiento de la esquizofrenia", y por ello la industria debería redirigir sus esfuerzos en este sentido.
El proyecto ya ha recibido el reconocimiento internacional, ya que Katarina Meskanen, una de los miembros del grupo de investigación de Ekelund, ha sido galardonada con el Premio al Científico Joven del Colegio Escandinavo de Neuropsicofarmacología.
Científicos de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, han
descubierto una nueva alternativa terapéutica contra la esquizofrenia,
tras comprobar que una dosis elevada de un fármaco para la acidez
estomacal, la famotidina, puede servir para superar la barrera
hematoencefálica y modificar los niveles de histamina en el cerebro.
Este tratamiento se usa para la acidez estomacal desde la década de los
80, pero la regulación de su dosis hacía imposible entrar en el cerebro
y modificar los niveles de histamina, un compuesto que juega un papel
importante en la aparición de efectos secundarios provocados por el
tratamiento de la esquizofrenia.Sin embargo, en un estudio con 30 pacientes probaron a incrementar cinco veces la dosis de famotidina, hasta los 200 miligramos al día, y vieron como así sí que se conseguía acceder al cerebro superando la barrera hematoencefálica.
Después de una semana, los síntomas de los pacientes empezaron a disminuir y, después de cuatro semanas de tratamiento, los síntomas habían disminuido significativamente.
El profesor Jesper Ekelund, uno de los autores de la investigación, ha recordado no obstante que la famotidina no debe ser utilizada directamente como tratamiento para la esquizofrenia hasta que se demuestre que el aumento de dosis es segura a largo plazo.
No obstante, reconoce que el estudio demuestra como "se abre un nuevo enfoque para el tratamiento de la esquizofrenia", y por ello la industria debería redirigir sus esfuerzos en este sentido.
El proyecto ya ha recibido el reconocimiento internacional, ya que Katarina Meskanen, una de los miembros del grupo de investigación de Ekelund, ha sido galardonada con el Premio al Científico Joven del Colegio Escandinavo de Neuropsicofarmacología.
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