Fuente: euroalert.net
En las conclusiones de un estudio financiado con fondos de la Unión Europea, investigadores han descubierto que los pacientes terminales prefieren aumentar la calidad de su vida a prolongar su duración. En en el marco de un simposio celebrado por el consorcio PRISMA el 24 de marzo, responsables políticos y expertos en cuidados paliativos llegaron a la conclusión que se debería dar más importancia a la calidad de vida en su conjunto mediante tratamientos que podrían prolongar la vida.
En las conclusiones de un estudio financiado con fondos de la Unión Europea, investigadores han descubierto que los pacientes terminales prefieren aumentar la calidad de su vida a prolongar su duración. En en el marco de un simposio celebrado por el consorcio PRISMA el 24 de marzo, responsables políticos y expertos en cuidados paliativos llegaron a la conclusión que se debería dar más importancia a la calidad de vida en su conjunto mediante tratamientos que podrían prolongar la vida.
El proyecto PRISMA (Plasmar las diversidades positivas de las prioridades europeas de investigación y medición relativas a cuidados al final de la vida), recibió 1,65 millones de euros a través del apartado Salud del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE para generar un programa coordinado de prioridades y prácticas de investigación.
Para llegar a las conclusiones citadas anteriormente, los socios de PRISMA, dirigidos por el King's College de Londres (Reino Unido), realizaron encuestas telefónicas a más de 9.000 personas de 7 países europeos. Los resultados pusieron de manifiesto la preferencia de los pacientes con enfermedades graves (como el cáncer) de vivir mejor en lugar de más, así como varios aspectos que influyen en la vida de los cuidadores.
Los datos muestran qué, de todas las personas encuestadas en Bélgica, Alemania y Países Bajos, "el 71% elegiría mejorar la calidad de vida, por un 4% que preferiría una prolongación de la misma". El 25% valoró como igualmente importantes ambas circunstancias. Al preguntarles cual era para ellos el mayor problema, los pacientes indicaron sufrir dolor, seguido por suponer una carga para otras personas. El King's College de Londres trabaja también por una reevaluación de los cuidados al final de la vida así como por un aumento de la inversión para garantizar que las necesidades de esta población se cumplan completamente antes de su muerte.
PRISMA pretende fomentar que los profesionales de la salud trabajen con pacientes de enfermedades graves y avanzadas cambien la forma de medir los factores que son vitales para los pacientes y sus familias.
La mayoría de los profesionales sanitarios dependen de pruebas como análisis de sangre y diversas exploraciones para diagnosticar y tratar a sus pacientes. PRISMA entiende que "a pesar de la importancia de estas pruebas para el bienestar de un paciente, estas pueden llevar a subestimar los efectos de la enfermedad en el paciente y su familia". Por lo que también deberían realizarse evaluaciones basadas en síntomas y en las necesidades sociales, psicológicas y espirituales.
Para llegar a las conclusiones citadas anteriormente, los socios de PRISMA, dirigidos por el King's College de Londres (Reino Unido), realizaron encuestas telefónicas a más de 9.000 personas de 7 países europeos. Los resultados pusieron de manifiesto la preferencia de los pacientes con enfermedades graves (como el cáncer) de vivir mejor en lugar de más, así como varios aspectos que influyen en la vida de los cuidadores.
Los datos muestran qué, de todas las personas encuestadas en Bélgica, Alemania y Países Bajos, "el 71% elegiría mejorar la calidad de vida, por un 4% que preferiría una prolongación de la misma". El 25% valoró como igualmente importantes ambas circunstancias. Al preguntarles cual era para ellos el mayor problema, los pacientes indicaron sufrir dolor, seguido por suponer una carga para otras personas. El King's College de Londres trabaja también por una reevaluación de los cuidados al final de la vida así como por un aumento de la inversión para garantizar que las necesidades de esta población se cumplan completamente antes de su muerte.
PRISMA pretende fomentar que los profesionales de la salud trabajen con pacientes de enfermedades graves y avanzadas cambien la forma de medir los factores que son vitales para los pacientes y sus familias.
La mayoría de los profesionales sanitarios dependen de pruebas como análisis de sangre y diversas exploraciones para diagnosticar y tratar a sus pacientes. PRISMA entiende que "a pesar de la importancia de estas pruebas para el bienestar de un paciente, estas pueden llevar a subestimar los efectos de la enfermedad en el paciente y su familia". Por lo que también deberían realizarse evaluaciones basadas en síntomas y en las necesidades sociales, psicológicas y espirituales.
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