Merck informó hoy, mediante un comunicado de prensa, de esa decisión por recomendación del grupo encargado de supervisar estudios clínicos Data and Safety Monitoring Board.
La farmacéutica paralizó las pruebas del medicamento en pacientes de dos de sus estudios, aunque no explicó las causas de la medida.
El medicamento buscaba la disminución del riesgo de trombosis o coagulación que puede provocar un infarto y de salir finalmente al mercado podría generar unos ingresos para la compañía de unos 5.000 millones de dólares al año, según los analistas.
El anuncio provocaba que las acciones de la farmacéutica en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) bajara a esta hora un 6,46% para cambiarse a 34,76 dólares por acción, mientras que en el último año han descendido un 10,74%.
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