Fuente: El Global.net
Las compañías farmacéuticas Bayer y Novartis han mostrado en los últimos meses su apuesta por los mercados emergentes. Y lo han hecho incluso después de haber anunciado despidos de distinto calibre. En el caso de la multinacional alemana, se anunciaron un total de 4.500 despidos en un plazo de poco más de un año. Por su parte, la farmacéutica con sede en Basilea se vio obligada a reducir alrededor de 1.400 empleos en EEUU. Y en ambos casos, las áreas laborales más afectadas son las de ventas y comercial de las compañías.
Sin embargo, lo que parecía un plan de reajuste para defenderse de las dificultades económicas por las que atraviesa la industria farmacéutica a nivel mundial y, sobre todo a nivel europeo, se ha convertido en un cambio de orientación de la inversión.
En el caso de Novartis, se ha anunciado una inversión de 500 millones de dólares anuales en Rusia durante un periodo de cinco años. Este montante servirá para dar salida a la nueva fábrica de la farmacéutica helvética, cuyo CEO, Joseph Jimenez, destacó que "permitirá expandir nuestra presencia comercial en un mercado emergente clave".
Las previsiones de Novartis se centran en el comienzo de la construcción de la planta durante este año 2011, mientras que en lo que a producción se refiere, la compañía suiza calcula que se podrán alcanzar los 1.500 millones de unidades por año.
Por otro lado, en el momento de anunciar los 4.500 despidos a nivel mundial, la farmacéutica alemana Bayer aprovechó para anticipar la creación de alrededor de otros 2.500 puestos de trabajo, de los que la mayoría estarán destinados a países con mercados emergentes. Y es que para la compañía con sede en Leverkusen, el área de emergentes se convertirá en esencial para su estrategia de los próximos años.
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