Más de dos gramos de
ibuprofeno al día, de acuerdo con el Comité de Farmacovigilancia de la
Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), genera problemas de tipo cardiovascular, como los infartos o los accidentes cerebrovasculares.
Esta es una de las conclusiones de la más
reciente revisión hecha a la literatura científica disponible sobre el
tema por la entidad regulatoria; el análisis, valga la claridad, también
demostró que cuando se usa en las dosis adecuadas, los beneficios de
este analgésico y antinflamatorio son muy superiores a sus riesgos.
La EMA recomienda, no obstante, “que se
actualice la información de su prospecto sobre la relación de la ingesta
de dosis alta del fármaco y estos trastornos cardiovasculares”.
El informe señala que cantidades del
medicamento iguales o superiores a 2.400 miligramos diarios deben
evitarse principalmente “en pacientes con problemas cardiacos o
circulatorios, como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad coronaria.
Tampoco es aconsejable en personas que han sobrevivido a un infarto o a un ictus (derrames o trombosis cerebrovasculares, ACV)”.
Los expertos de la Agencia piden a los médicos
ser más conscientes de esta situación y que antes de iniciar un
tratamiento prolongado con ibuprofeno, particularmente si se requiere
una terapia de altas dosis, “se evalúen los riesgos de la salud
cardiovascular del paciente, entre ellos si es fumador o no, si tiene la
tensión arterial elevada, si es diabético o si son altas las cifras de
colesterol en la sangre”.
De otro lado, en su revisión, el Comité
analizó la interacción entre el ibuprofeno y la aspirina cuando esta
última se toma como medida para reducir el riesgo de infarto y de ACV.
La conclusión es que si bien algunos estudios han demostrado que el ibuprofeno reduce los efectos anticoagulantes de la aspirina,
aún no está claro “si el uso a largo plazo del ibuprofeno en la
práctica clínica reduce los efectos de la aspirina a la hora de prevenir
problemas cardiacos o ictus”.
En otra investigación financiada por el
Consejo de Investigación Médica del Reino Unido (2013), y publicada en
la revista 'The Lancet', se determinó que aunque “no existen demasiados
tratamientos alternativos para el dolor crónico, los analgésicos tampoco
tienen los efectos esperados en todos los pacientes. Si estos fármacos
realmente mejoran nuestra calidad de vida, entonces merece la pena
correr los riesgos, pero cuando apenas nos hacen efecto no vale la pena
tomarlos”, dijo uno de los investigadores.
Un fármaco cincuentón
En 1961, los investigadores John Nicholson y
Colin Burrows descubrieron una categoría nueva de compuestos que, como
la aspirina, tenía propiedades antinflamatorias y analgésicas. Entre
estos se destacaba el isobutylphenyl (ácido propiónico), que ahora es
ampliamente conocido en todo el mundo como ibuprofeno. La molécula fue
lanzada en 1969 en el Reino Unido y en Estados Unidos en 1974. Desde
entonces, su uso como analgésico y antinflamatorio no esteroideo (aines)
se ha extendido a nivel mundial.
En Colombia es uno de los medicamentos de venta libre más vendidos.
CON INFORMACIÓN DEL DIARIO ‘EL MUNDO’ Y REDACCIÓN SALUD
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