TERAPIAS DIRIGIDAS CONTRA EL CÁNCER
Puntos clave
- Las terapias dirigidas contra el cáncer son fármacos u otras sustancias que
bloquean el crecimiento y la diseminación del cáncer al interferir con moléculas
específicas implicadas en el crecimiento y avance de tumores.
- Debido a que los científicos denominan estas moléculas específicas “blancos
moleculares”, las terapias que interfieren con ellas se llaman algunas veces
“fármacos molecularmente dirigidos”, “terapias molecularmente dirigidas”, o
incluso se usan otros nombres semejantes.
- Las terapias dirigidas contra el cáncer, aprobadas para usarse en ciertos
cánceres, son los fármacos que interfieren con la transducción de señales de
crecimiento celular o de formación de vasos sanguíneos de tumores; promueven la
muerte específica de células cancerosas; estimulan el sistema inmunitario para
que destruya células cancerosas específicas; y entregan sustancias tóxicas a las
células cancerosas.
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¿Qué son las terapias dirigidas contra el cáncer?
Las terapias
dirigidas contra el cáncer son fármacos u otras sustancias que bloquean el
crecimiento y la diseminación del cáncer al interferir con moléculas específicas
implicadas en el crecimiento y el avance de tumores. Debido a que los
científicos, por lo general, denominan a dichas moléculas “blancos moleculares”,
las terapias dirigidas contra el cáncer, a veces, se llaman “fármacos
molecularmente dirigidos”, “terapias molecularmente dirigidas”, o se usan otros
nombres semejantes. Al enfocarse en cambios moleculares y celulares específicos
al cáncer, es posible que las terapias dirigidas contra el cáncer sean más
efectivas que otros tratamientos, como la quimioterapia
y la radioterapia,
y menos dañinas para las células normales.
Muchas de las terapias dirigidas han sido aprobadas por la Administración de
Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (U.S. Food and Drug Administration,
FDA) para el tratamiento de tipos específicos de cáncer (lea los detalles en
las preguntas 4 y 5). Otras se investigan en estudios
clínicos (estudios de investigación con personas) y muchas más están en
pruebas preclínicas (estudios de investigación con animales).
Las terapias dirigidas contra el cáncer se estudian para ser administradas
solas, en combinación con otras terapias dirigidas y en combinación con otros
tratamientos de cáncer, tal como la quimioterapia.
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¿Cómo funcionan las terapias dirigidas?
Las terapias dirigidas contra el cáncer interfieren de diversas formas con la
división (proliferación) y diseminación de las células cancerosas. Muchas de
estas terapias se concentran en proteínas asociadas con las vías de señalización
celular, las cuales forman un sistema complejo de comunicación que rige las
actividades y funciones básicas de la célula, como la división celular, el
movimiento de las células, la reacción de las células a estímulos externos
específicos y hasta la muerte celular. Al bloquear las señales que comunican a
las células cancerosas que crezcan y se dividan sin control, las terapias
dirigidas contra el cáncer pueden ayudar a detener el avance de esta enfermedad
e inducir la muerte de esas células por medio de un proceso que se llama apoptosis.
Otras terapias dirigidas pueden causar la muerte de células cancerosas
directamente al inducir específicamente la apoptosis o, en forma indirecta, al
estimular al sistema
inmunitario para que reconozca y destruya células cancerosas o al depositar
directamente en ellas sustancias tóxicas.
La formulación de las terapias dirigidas, por lo tanto, requiere la
identificación de buenos blancos, es decir, blancos que se sabe tienen una
función clave en el crecimiento y la supervivencia de las células de cáncer.
(Por esta razón, se dice con frecuencia que las terapias dirigidas son el
producto del “diseño racional de fármacos”).
Por ejemplo, la mayoría de los casos de leucemia
mieloide crónica (LMC) son causados por la formación de un gen llamado
BCR-ABL. Este gen se forma cuando trozos de los cromosomas 9 y 22 se desprenden
e intercambian posición. Uno de los cromosomas alterados que resulta por dicho
intercambio contiene parte del gen ABL del cromosoma 9 fusionada con parte del
gen BCR del cromosoma 22. La proteína que normalmente es producida por el gen
ABL (Abl) es una molécula de señalización que tiene una función importante en el
control de la proliferación celular y, por lo general, debe interactuar con
otras moléculas de señalización para estar activa. Sin embargo, la señal Abl
siempre está activa en la proteína (Bcr-Abl), la cual es producida por el gen
de fusión BCR-ABL. Esta actividad estimula la proliferación continua de las
células de la leucemia mieloide crónica. Por eso, la proteína (Bcr-Abl) es un
buen blanco molecular.
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¿Cómo se diseñan las terapias dirigidas?
Una vez que se identifica el blanco, se debe diseñar la terapia. La mayoría
de las terapias dirigidas pueden ser fármacos de molécula pequeña o anticuerpos
monoclonales. Típicamente, los fármacos de molécula pequeña pueden
difundirse en las células y pueden actuar sobre los blancos que se encuentran
dentro de las células. La mayoría de los anticuerpos monoclonales no pueden
penetrar la membrana plasmática de la célula por lo que se dirigen a blancos que
están en el exterior o en la superficie de las células.
Los candidatos para fármacos de moléculas pequeñas se identifican de
ordinario en estudios de selección de fármacos; es decir, pruebas de laboratorio
que examinan los efectos de miles de compuestos de prueba sobre blancos
específicos, tal como el Bcr-Abl. Luego, los mejores candidatos son modificados
químicamente para que produzcan numerosas versiones estrechamente relacionadas
y, finalmente, son probados para identificar los fármacos más efectivos y
específicos.
Por otro lado, los anticuerpos monoclonales son preparados primero mediante
la inmunización de animales (típicamente ratones) con moléculas blanco
purificadas. Los animales inmunizados producirán muchos tipos diversos de
anticuerpos contra dichos blancos. Luego, las células del bazo, cada una de las
cuales produce sólo un tipo de anticuerpo, son extraídas del animal inmunizado y
se fusionan con las células de mieloma.
La clonación de estas células fusionadas genera cultivos de células que producen
grandes cantidades de un sólo tipo de anticuerpo llamado anticuerpo monoclonal.
Dichos anticuerpos son probados para identificar los que reaccionan mejor con el
blanco.
Antes de ser usados en seres humanos, los anticuerpos monoclonales son
“humanizados” al remplazar lo más posible la porción no humana de la molécula
con porciones humanas. Esto se logra por medio de ingeniería genética. Este
proceso de humanización es necesario para evitar que el sistema inmunitario
humano identifique al anticuerpo monoclonal como “forastero” y lo destruya antes
de que pueda interactuar con su molécula blanco y la haga inactiva.
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¿Cuál fue el primer blanco de terapia dirigida contra el cáncer?
El primer blanco molecular de terapia dirigida contra el cáncer fue el
receptor celular del estrógeno, la hormona sexual femenina, que muchos cánceres
de seno necesitan para crecer. Cuando el estrógeno se une al receptor
de estrógeno dentro de las células, el complejo hormona-receptor resultante
activa la expresión de genes específicos, como son los genes implicados en el
crecimiento y proliferación celular. La investigación ha indicado que es un
método efectivo de tratamiento cuando se interfiere con la capacidad del
estrógeno para estimular el crecimiento de las células cancerosas de seno que
tienen dichos receptores (células de cáncer de seno con receptores positivos de
esta hormona).
Varios fármacos que interfieren con la unión del estrógeno a los receptores
de estrógeno han sido aprobados por la FDA para el tratamiento de cáncer de seno
positivo de receptores de estrógeno. Los fármacos llamados moduladores
selectivos de receptores de estrógeno, como el tamoxifeno
y el toremifeno
(Fareston®), se unen a los receptores de estrógeno e impiden así que el
estrógeno se una a esos receptores. Otro fármaco, fulvestrant
(Faslodex®), se une a los receptores de estrógeno y estimula su destrucción, lo
cual reduce así las concentraciones de dichos receptores dentro de las
células.
Otra clase de fármacos dirigidos que interfieren con la capacidad del
estrógeno para estimular el crecimiento de cánceres de seno positivo de
receptores de estrógeno se llaman inhibidores de aromatasa. La enzima aromatasa
es necesaria para la producción de estrógeno en el cuerpo. El bloqueo de la
actividad de la aromatasa reduce las concentraciones de estrógeno e inhibe el
crecimiento de cánceres que necesitan estrógeno para crecer. Por lo general, los
inhibidores de aromatasa se administran a mujeres que han llegado a la
menopausia ya que los ovarios de las mujeres premenopáusicas pueden producir
suficiente aromatasa para neutralizar la inhibición. La FDA ha aprobado tres
inhibidores de aromatasa para el tratamiento del cáncer de seno positivo de
receptores de estrógeno: anastrozol
(Arimidex®), exemestano
(Aromasin®) y letrozol
(Femara®).
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¿Que otros tipos hay de terapias dirigidas?
Se han formulado terapias dirigidas contra el cáncer que interfieren con una
variedad de otros procesos celulares. Más abajo se incluye la lista de los
fármacos que se dirigen a estos procesos y que fueron aprobados por la FDA.
Algunas terapias dirigidas bloquean enzimas específicas y receptores de
factores de crecimiento que participan en la proliferación de las células
cancerosas. Algunas veces, estos fármacos se llaman inhibidores de las señales
de transducción.
- El mesilato
de imatinib (Gleevec®) fue aprobado para el tratamiento del tumor de estroma
gastrointestinal (un tipo raro de cáncer del aparato gastrointestinal), de
ciertos tipos de leucemia, de dermatofibrosarcoma
protuberans, de trastornos mielodisplásicos y mieloploriferativos, y
tratamiento de mastocitosis
sistémica. El fármaco se apunta a varios miembros de un grupo de proteínas
llamadas enzimas tirosinas cinasas que participan en la transducción de señales.
Dichas enzimas son hiperactivas en algunos cánceres y causan crecimiento sin
control. Éste es un fármaco de molécula pequeña, lo que significa que puede
atravesar la membrana celular y llegar a su objetivo en el interior de la
célula.
- El dasatinib
(Sprycel®) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con leucemia mieloide
crónica o con leucemia
linfoblástica aguda. El fármaco es de molécula pequeña e inhibe varias
enzimas tirosinas cinasas.
- El nilotinib
(Tasigna®) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con leucemia mieloide
crónica. Es otro fármaco de molécula pequeña que inhibe las tirosinas
cinasas.
- El bosutinib
(Bosulif®) fue aprobado también para tratar algunos pacientes con leucemia
mielógena crónica. El fármaco es de molécula pequeña e inhibe las tirosinas
cinasas.
- El trastuzumab
(Herceptina®) fue aprobado para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de
seno así como algunos tipos de adenocarcinoma gástrico o gastroesofágico de la
unión. La terapia es un anticuerpo monoclonal que se une al receptor
2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER-2), el cual es un
receptor con actividad de tirosina cinasa que se expresa en altas
concentraciones en algunos tipos de cáncer de seno y también en otros tipos de
cáncer. El mecanismo de acción del trastuzumab no se comprende en su totalidad,
pero una posibilidad probable es que impida que el HER-2 envíe señales que
promuevan crecimiento. Es posible que el trastuzumab tenga también otros
efectos, como inducir el sistema inmunitario para que combata a las células que
expresen altas concentraciones de HER-2.
- El pertuzumab
(Perjeta™) fue aprobado para usarse en combinación con trastuzumab y docetaxel
para tratar el cáncer metastático de seno que expresa HER-2 y que no ha sido
tratado con quimioterapia o con una terapia dirigida al HER-2. El pertuzumab es
un anticuerpo monoclonal que se une al HER-2 en una región distinta del
trastuzumab. Esta región permite al HER-2 que interactúe con otros receptores,
tales como el receptor
del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), para enviar señales que
promuevan crecimiento. El fármaco probablemente impide que el HER-2 envíe
señales de crecimiento e induce el sistema inmunitario para que ataque las
células que expresan HER-2.
- El lapatinib
(Tykerb®) fue aprobado por la FDA para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer
de seno avanzado o metastático. El fármaco de molécula pequeña inhibe varias
tirosinas cinasas, incluso la actividad de la tirosina cinasa del HER-2. El
tratamiento con lapatinib impide que las señales del HER-2 activen el
crecimiento celular.
- El gefitinib
(Iressa®) fue aprobado para el tratamiento de pacientes con cáncer avanzado de
pulmón de células no pequeñas. El uso de este fármaco de molécula pequeña es
restringido para pacientes quienes, de acuerdo al médico que administra el
tratamiento, se estén beneficiando, o se hayan beneficiado previamente, del
tratamiento con gefitinib. Dicho fármaco inhibe la actividad de tirosina cinasa
del receptor del factor de crecimiento epidérmico, el cual es producido en
exceso por varios tipos de células cancerosas.
- El erlotinib
(Tarceva®) fue aprobado para el tratamiento del cáncer metastático de pulmón de
células no pequeñas y del cáncer
de páncreas no resecable por cirugía o que haya metastatizado. Este fármaco
de molécula pequeña inhibe la actividad de tirosina cinasa del receptor del
factor de crecimiento epidérmico.
- El cetuximab
(Erbitux®) es un anticuerpo monoclonal que fue aprobado para el tratamiento de
pacientes con carcinoma
de células escamosas de cabeza y cuello o con cáncer colorrectal. Dicho
fármaco se une a la porción externa del receptor del factor de crecimiento
epidérmico y, de este modo, impide que el receptor sea activado por señales de
crecimiento, lo cual puede inhibir la transducción de señales y generar efectos
contra la proliferación.
- El panitumumab
(Vectibix®) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con cáncer metastático
de colon. Este anticuerpo monoclonal se une al receptor del factor de
crecimiento epidérmico e impide que emita señales de crecimiento.
- El temsirolimus
(Torisel®) fue aprobado para tratar a pacientes con carcinoma avanzado de
células renales. Este fármaco de molécula pequeña es un inhibidor específico de
una serina-treonina cinasa llamada mTOR,
la cual se activa en las células de tumores y estimula el crecimiento y
proliferación de estas.
- El everolimus
(Afinitor®) fue aprobado para tratar a pacientes con cáncer avanzado de riñón
cuya enfermedad ha progresado después del tratamiento con otras terapias, a
pacientes con astrocitoma
subependimario
de células gigantes quienes tienen también esclerosis
tuberosa y no pueden tener cirugía, a algunos pacientes con cáncer avanzado
de seno o a pacientes con tumores pancreáticos neuroendócrinos que no pueden
resecarse por cirugía, que son avanzados localmente o que han metastatizado.
Este fármaco de molécula pequeña se une a una proteína llamada inmunofilina
FKBP-12 y forma un complejo que a su vez se une a la cinasa mTOR y la
inhibe.
- El vandetanib
(Caprelsa®) fue aprobado para tratar a pacientes con cáncer metastático medular
de tiroides que no sean candidatos para recibir cirugía. Dicho fármaco de
molécula pequeña se une a varias enzimas tirosinas cinasas, como al receptor del
factor de crecimiento epidérmico (EGFR), al receptor de varios receptores del
receptor del factor
de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y al RET, con el fin de bloquear
la actividad que promueve crecimiento.
- El vemurafenib
(Zelboraf®) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con melanoma que no se
puede operar o melanoma metastático. Este fármaco de molécula pequeña bloquea la
actividad de una forma mutante activada en forma permanente de la
serina-treonina cinasa BRAF (conocida como BRAF V600E).
- El crizotinib
(Xalkori®) fue aprobado para tratar ciertos pacientes con cáncer de pulmón
avanzado localmente o metastatizado de células no pequeñas. Este fármaco de
molécula pequeña inhibe la actividad de la tirosina cinasa de una proteína de
fusión llamada EML4-ALK, lo cual resulta en un menor crecimiento de células
tumorales, menor migración y menor tendencia invasora de las células.
Otras terapias dirigidas modifican la función de proteínas que regulan la
expresión génica y otras funciones celulares.
- El vorinostat
(Zolinza®) fue aprobado para el tratamiento del linfoma
cutáneo de células T que ha persistido, avanzado o regresado durante el
tratamiento con otras medicinas o después de este. Dicho fármaco de molécula
pequeña inhibe la actividad de un grupo de enzimas que se llaman histonas
deacetilasas (HDACs), las cuales extraen grupos pequeños de compuestos químicos,
llamados grupos acetilo, de muchas proteínas diversas, como las proteínas que
regulan la expresión de los genes. Al alterar la acetilación de estas proteínas,
los inhibidores de la histona
deacetilasa pueden inducir la diferenciación celular de tumores, el cese del
ciclo celular y la apoptosis.
- La romidepsina
(Istodax®) fue aprobada para el tratamiento de linfoma cutáneo de células T en
pacientes que antes recibieron, al menos, una terapia sistémica. Este fármaco de
molécula pequeña inhibe una clase de histonas deacetilasas e induce la apoptosis
celular de tumores.
- La bexarotena
(Targretin®) fue aprobada para el tratamiento de algunos pacientes con linfoma
cutáneo de células T. Este fármaco pertenece a la clase de compuestos químicos
llamados retinoides, los cuales están relacionados químicamente con la vitamina
A. La bexarotena se une selectivamente a receptores retinoides X y los activa.
Una vez que están activadas, estas proteínas nucleares actúan junto con los
receptores del ácido
retinoico para regular la expresión de los genes que controlan el
crecimiento, diferenciación, supervivencia y muerte celular.
- La alitretinoina (Panretin®) fue aprobada para el tratamiento de lesiones
cutáneas en pacientes con sarcoma
de Kaposi relacionado con el sida. Este retinoide se une tanto a los
receptores de ácido retinoico como a los receptores de retinoide X.
- La tretinoina
(Vesanoid®) fue aprobada para inducir la remisión en algunos pacientes con leucemia
promielocítica aguda. Este retinoide se une a los receptores de ácido
retinoico y los activa.
Algunas terapias dirigidas inducen las células cancerosas a que sufran
apoptosis (muerte celular).
- El bortezomib
(Velcade®) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con mieloma
múltiple. Dicho fármaco fue aprobado también para el tratamiento de ciertos
pacientes con linfoma
de células de manto. El bortezomib causa la muerte de las células cancerosas al
interferir en la acción de una estructura celular grande que se llama
proteasoma, el cual controla la degradación de muchas proteínas que regulan la
proliferación celular. Los fármacos que bloquean este proceso se llaman
inhibidores del proteasoma. Los inhibidores afectan las células normales
también, pero a un grado menor.
- El carfilzomib
(Kyprolis™) fue aprobado para tratar a algunos pacientes con mieloma múltiple
cuya enfermedad ha avanzado después del tratamiento con bortezomib. El
carfilzomib es otro inhibidor
del proteasoma.
- El pralatrexato
(Folotyn®) fue aprobado para el tratamiento de algunos pacientes con linfoma
periférico de células T. El pralatrexato es un antifolato,
el cual es una clase de molécula que interfiere con la síntesis de ADN. Otros
antifolatos, como el metotrexato,
no se consideran terapias dirigidas porque interfieren en la síntesis de ADN de
todas las células que se dividen. Sin embargo, parece que el pralatrexato se
acumula en las células que expresan RFC-1, una proteína que puede ser expresada
en exceso por algunas células cancerosas.
Otras terapias dirigidas impiden el crecimiento de vasos sanguíneos hacia los
tumores (angiogénesis). Para crecer más allá de un tamaño determinado, los
tumores necesitan un suministro de sangre para obtener el oxígeno y nutrientes
necesarios para seguir creciendo. Es posible que los tratamientos que
interfieren con la angiogénesis bloqueen el crecimiento del tumor.
- El bevacizumab
(Avastin®) es un anticuerpo monoclonal que fue aprobado para el tratamiento del
glioblastoma.
Dicho fármaco fue aprobado también para tratar a ciertos pacientes con cáncer
de pulmón de células no pequeñas, con cáncer metastático colorrectal, o con
cáncer metastático de riñón. El bevacizumab se une al factor de crecimiento
endotelial vascular (FCEV). Esto impide que el FCEV interactúe con receptores en
las células endoteliales, lo cual bloquea un paso necesario para que se inicie
el crecimiento de los vasos sanguíneos nuevos.
- El ziv-aflibercept
(Zaltrap®) es una proteína recombinante de fusión que fue aprobado para el
tratamiento de algunos pacientes con cáncer colorrectal metastático. El
ziv-aflibercept está formado de partes de dos receptores de VEGF fusionados a
una parte de una proteína inmunitaria. Al unirse al VEGF, el ziv-aflibercept le
impide que interactúe con los receptores en las células endoteliales, por lo
cual se bloquea el crecimiento y la formación de vasos sanguíneos nuevos.
- El sorafenib
(Nexavar®) es un inhibidor de molécula pequeña de tirosinas cinasas que fue
aprobado para el tratamiento de carcinoma avanzado de células renales y para
ciertos casos de carcinoma
hepatocelular. Una de las cinasas inhibidas por el sorafenib está asociada
con la vía
de señalización que se inicia cuando el factor de crecimiento endotelial
vascular se une a sus receptores. Como resultado, se detiene la formación de
nuevos vasos sanguíneos. El sorafenib bloquea también una enzima que participa
en el crecimiento y en la división celular.
- El sunitinib
(Sutent®) es otro fármaco de molécula pequeña que inhibe la tirosina cinasa; fue
aprobado para el tratamiento de pacientes con carcinoma metastático de células
renales o con tumor
del estroma gastrointestinal que no reaccionan al imatinib. El sunitinib
bloquea las cinasas que participan en la señalización del factor de crecimiento
endotelial vascular, inhibiendo así la angiogénesis y la proliferación
celular.
- El pazopanib (Votrient®)
fue aprobado para el tratamiento de pacientes con carcinoma avanzado de células
renales y sarcoma
avanzado de tejidos blandos. El pazopanib es un fármaco de molécula pequeña que
inhibe varias tirosinas cinasas, incluso los receptores del factor de
crecimiento endotelial vascular, el receptor
c-KIT y el receptor del factor
de crecimiento derivado de plaquetas (PDGFR).
- El regorafenib
(Stivarga®) fue aprobado para el tratamiento de algunos pacientes con cáncer
metastático colorrectal. El regorafenib es un fármaco de molécula pequeña que
inhibe varias tirosinas cinasas que están implicadas en la angiogénesis y en el
crecimiento de células tumorales, incluso receptores de VEGF, el receptor de la
angiopoyetina-1 (TIE2), el receptor del factor de crecimiento derivado de
plaquetas, el RET, el receptor c-KIT y el RAF.
Algunas terapias dirigidas ayudan al sistema inmunitario a destruir células
cancerosas.
- El rituximab
(Rituxan®) es un anticuerpo monoclonal que fue aprobado para tratar ciertos
tipos de linfoma
no Hodgkin de células B. Este fármaco reconoce una molécula llamada CD20 que
se encuentra en las células B. Cuando el rituximab se une a dichas células,
provoca una reacción inmunitaria que resulta en su destrucción. Es posible que
el rituximab induzca también la apoptosis.
- El alemtuzumab
(Campath®) fue aprobado para tratar a pacientes con leucemia
linfocítica crónica de células B. Es un anticuerpo monoclonal dirigido
contra la CD52, una proteína que se encuentra en la superficie de las células B
y T normales y cancerosas, y en muchas otras células del sistema inmunitario. La
unión del alemtuzumab a la CD52 provoca una reacción inmunitaria que destruye
las células.
- El ofatumumab
(Arzerra®) fue aprobado para el tratamiento de algunos pacientes con leucemia
linfocítica crónica (LLC) que no reacciona al tratamiento con fludarabina
y alemtuzumab. Este anticuerpo monoclonal es dirigido contra el antígeno de
superficie celular CD20 de células B.
- El ipilimumab
(Yervoy™) fue aprobado para tratar a pacientes con melanoma no resecable o
metastático. Dicho anticuerpo monoclonal es dirigido contra el antígeno 4
asociado con linfocitos T citotóxicos (CTLA-4), el cual es amplificado en la
superficie de células T que son activadas como parte de un “punto de control”
para impedir una reacción inmunitaria descontrolada. Al inhibir el CTLA-4, el
ipilimumab estimula el sistema inmunitario para que ataque a las células del
melanoma.
Otra clase de terapias dirigidas son los anticuerpos monoclonales que
entregan moléculas tóxicas específicamente a células cancerosas.
- El tositumomab
y tositumomab con I 131 (Bexxar®) fue aprobado para tratar ciertos tipos de
linfoma no Hodgkin de células B. La terapia es una mezcla de anticuerpos
monoclonales que reconocen la molécula CD20. Algunos de los anticuerpos en la
mezcla están ligados a una sustancia radiactiva que se llama I 131. El compuesto
de tositumomab y I 131 entrega energía radiactiva específicamente a las células
B que expresan la CD20, reduciendo así el daño colateral a las células normales
del tipo que se ve con radioterapia tradicional. Además, la unión de tositumomab
a las células B que expresan la CD20 causa que el sistema inmunitario destruya
dichas células.
- El ibritumomab
tiuxetán (Zevalin®) fue aprobado para tratar a ciertos pacientes con linfoma
no Hodgkin de células B. Ese fármaco es un anticuerpo monoclonal dirigido contra
la CD20, la cual está ligada a una molécula que se puede unir a radioisótopos,
como el indio-111 o itrio-90. Las formas radiomarcadas de Zevalin administran
altas dosis de radiación a las células que expresan la CD20.
- La diftitoxina denileucina (Ontak®)
fue aprobada para el tratamiento de algunos pacientes con linfoma cutáneo de
células T. La diftitoxina denileucina consiste en secuencias de proteína
interleucina 2 (IL-2) fusionadas con la toxina de la difteria. El fármaco se une
a los receptores de IL-2 de la superficie de las células, la cual se encuentra
en algunas células inmunitarias y en algunas células cancerosas y dirige la
acción citotóxica de la toxina de la difteria a estas células.
- El brentuximab
vedotin (Adcetris™) fue aprobado para el tratamiento del linfoma sistémico
de células grandes anaplásicas y el linfoma de Hodgkin que no ha respondido a
quimioterapia anterior o a trasplante
autólogo de células madre. Esta sustancia consiste en un anticuerpo
monoclonal dirigido contra una molécula llamada CD30, la cual se encuentra en
algunas células de linfoma, que se une a un fármaco llamado monometil
auristatina E (MMAE). La parte anticuerpo de la sustancia se une a las células
del tumor que expresan CD30 y que lo internalizan. Una vez dentro de la célula,
la MMAE es liberada en donde induce que se detenga el ciclo celular y que se
produzca la apoptosis.
Las vacunas contra el cáncer y la terapia
génica, por lo general, se consideran terapias dirigidas debido a que
interfieren en el crecimiento de células cancerosas específicas. Información
sobre dichos tratamientos aparece en las siguientes hojas informativas del NCI,
las cuales están disponibles en Internet o al llamar al Servicio de Información
sobre el Cáncer del NCI al 1–800–422–6237 (1–800–4–CANCER).
- Terapias
biológicas del cáncer incluye información sobre los anticuerpos
monoclonales y vacunas contra el cáncer.
- Vacunas
contra el cáncer contiene información sobre las vacunas para la
prevención y el tratamiento del cáncer.
- Gene
Therapy for Cancer (Terapia génica del cáncer) trata, en inglés, acerca
de la investigación con material genético para el diseño de terapias contra el
cáncer, e incluye riesgos, beneficios y cuestiones éticas.
-
¿Cuál será el impacto de las terapias dirigidas en el tratamiento del
cáncer?
Las terapias dirigidas contra el cáncer ofrecen a los médicos una mejor forma
de adaptar el tratamiento del cáncer, especialmente cuando un blanco está
presente en algunos pero no en todos los tumores de tipo determinado, como en el
caso del HER-2. Eventualmente, los tratamientos pueden individualizarse con base
en el conjunto único de blancos moleculares producidos por el tumor del
paciente. Las terapias dirigidas contra el cáncer ofrecen también la promesa de
distinguir con más precisión las células cancerosas de las células normales. De
este modo se dañan menos células normales, se reducen los efectos secundarios y
se mejora la calidad de vida.
Sin embargo, las terapias dirigidas muestran ciertas limitaciones. La
limitación principal es la posibilidad de que las células se hagan resistentes a
estas terapias. Por ejemplo, algunos pacientes que se han hecho resistentes al
imatinib presentan una mutación del gen BCR-ABL que cambia la configuración de
la proteína, de tal modo que el fármaco ya no se une tan bien. En la mayoría de
los casos, no hay disponible otra terapia dirigida que pueda vencer dicha
resistencia. Es por esto que las terapias dirigidas pueden funcionar mejor en
combinación, ya sea con otras terapias dirigidas o con tratamientos más
tradicionales.
-
¿En dónde puedo encontrar información sobre estudios clínicos de terapias
dirigidas?
La lista a continuación presenta fármacos aprobados por la FDA que se están
estudiando en estudios clínicos activos de terapias dirigidas. Si usted está
leyendo esta hoja informativa en el sitio web del NCI, los nombres de los
fármacos enlazan hacia resultados de búsquedas, en inglés, de estudios clínicos
en la base de datos del NCI. Así mismo, es posible realizar una búsqueda en esta
base de datos en el
sitio web del NCI. Para información acerca de cómo hacer búsquedas en la base de
datos, vea la guía en inglés, “Help Using the NCI
Clinical Trials Search Form”. La base de datos comprende todos los estudios
clínicos financiados por el NCI y muchos otros estudios conducidos por
investigadores en hospitales y centros médicos en Estados Unidos y en otros
países del mundo.
Terapias dirigidas contra el cáncer que se estudian actualmente en
estudios clínicos:Alemtuzumab
(Campath®)Alitretinoina
(Panretin®)Anastrozol
(Arimidex®)Bevacizumab
(Avastin®)Bexarotena
(Targretin®)Bortezomib
(Velcade®)Bosutinib
(Bosulif®)
Brentuximab
vedotin (Adcetris™)
Carfilzomib
(Kyprolis™)
Cetuximab
(Erbitux®)Crizotinib
(Xalkori®)Dasatinib
(Sprycel®)Diftitoxina
denileucina (Ontak®)Ditosilato
de lapatinib (Tykerb®)Erlotinib,
hidrocloruro de (Tarceva®)Everolimus
(Afinitor®)Exemestano
(Aromasin®)Fulvestrant
(Faslodex®)Gefitinib
(Iressa®)Hidrocloruro
de pazopanib (Votrient®)Ibritumomab
tiuxetano (Zevalin®)Ipilimumab
(Yervoy™)Letrozol
(Femara®)Malato
de sunitinib (Sutent®)Mesilato
de imatinib (Gleevec®)Nilotinib
(Tasigna®)Ofatumumab
(Arzerra®)Panitumumab
(Vectibix®)
Pertuzumab
(Perjeta™)
Pralatrexato
(Folotyn®)
Regorafenib
(Stivarga®)
Rituximab
(Rituxan®)Romidepsina
(Istodax®)TamoxifenoTemsirolimus
(Torisel®)Toremifeno
(Fareston®)Tosilato
de sorafenib (Nexavar®)Tositumomab
y 131I-tositumomab (Bexxar®)Trastuzumab
(Herceptin®)Tretinoina
(Vesanoid®)Vandetanib
(Caprelsa®)Vemurafenib
(Zelboraf®)Vorinostat
(Zolinza®)
Ziv-aflibercept
(Zaltrap®)
-
¿Qué recursos hay para obtener más información?
El
Laboratorio de Blancos Moleculares (Molecular Targets Laboratory,
MTL), que forma parte del Centro de Investigación Oncológica (CCR)
del Instituto Nacional del Cáncer, trabaja para identificar y evaluar blancos
moleculares con potencial de ser candidatos para la formulación de fármacos. El
objetivo inicial del MTL es facilitar el descubrimiento de compuestos químicos
que puedan servir como sondas biológicas para genómica funcional, para
proteómica y para investigación de validación de blancos moleculares, así como
pistas o candidatos para la formulación de fármacos.
El
Consorcio de Biología Química (Chemical Biology Consortium, CBC) del
NCI facilitará el descubrimiento y formulación de sustancias nuevas para tratar
el cáncer. Dicho consorcio es parte del Programa de Terapéutica Experimental
(Experimental Therapeutics Program) del NCI, el cual es un proyecto de
colaboración entre el Centro de Investigación Oncológica y la División de
Tratamiento y Diagnóstico del Cáncer (Division of Cancer Treatment and
Diagnosis) del NCI.
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