Fuente: elglobal.net
El Parlamento Europeo comunicó el pasado 11 de
diciembre que, tras varias décadas de enquistamiento, por fin hay consenso para
la instauración de un sistema unitario de patentes para todo el mercado europeo.
Un sistema del que, al menos por el momento, quedarán excluidas las peticiones
de España e Italia, que se han enrocado en su disconformidad contra el régimen
lingüístico adoptado para el nuevo sistema de protección de la propiedad
industrial en la UE.
La propuesta, conocida como 'informe Rapkay', fue
aprobada en la Eurocámara por 484 votos a favor, 164 en contra y 35
abstenciones. Con el visto bueno de la mayoría parlamentaria, el reglamento que
regula el nuevo sistema unitario entrará en vigor el 1 de enero de 2014, e irá
acompañado de la creación del Tribunal Unificado de Patentes, propuesta que
también fue consensuada en la misma sesión plenaria del pasado 11 de diciembre.
La conclusión generalizada es que, con este nuevo
sistema, se reducirán los costes para las empresas. Concretamente, la Comisión
Europea maneja datos que apuntan que el precio a pagar con el nuevo sistema
ascendería a 4.725 euros, frente a los 36.000 euros que costaba con el antiguo.
Pese a ello, los eurodiputados españoles, tanto el
socialista Antonio Masip, como el popular, Antonio López-Isturiz, mostraron su
disconformidad por entender que la propuesta "es contraria a los principios de
cohesión" y "discrimina en favor del francés y el alemán frente al español, más
hablado". López-Isturiz, además, puso en duda que "los 25 estados implicados
ratifiquen el tratado para la creación del tribunal unificado".
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